El programa de acceso al cannabis medicinal en Irlanda es saboteado por los médicos
Peter Reynolds, miembro de la junta consultiva del Consejo Irlandés del Cannabis Medicinal, expresó su opinión sobre el Programa de Acceso al Cannabis Medicinal (MCAP) de Irlanda. Han pasado cuatro años desde que un pequeño número de pacientes que cumplían con los requisitos obtuvieran acceso a la medicina. Y recientemente se ha decidido que el coste del cannabis medicinal será pagado directamente por el Departamento de Salud.
Sin embargo, a pesar del sólido marco legal, el sistema aún no ha despegado. Reynolds culpa a los establecimientos sanitarios del país, que son hostiles al cannabis y sabotean su aceptación como medicina.
Una política basada en conceptos erróneos
En su postura sobre el cannabis medicinal, la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios (HPRA) se basa en la experiencia de un grupo de trabajo en el que ninguno de sus miembros parece tener conocimientos previos sobre el potencial terapéutico de la sustancia.
Según el grupo de trabajo, faltan pruebas científicas de que el cannabis tenga algún beneficio médico y no hay datos sobre la seguridad de su uso. Esto se contradice claramente con el hecho de que PubMed, la mayor base de datos del mundo de publicaciones médicas revisadas por expertos, cuenta con más de 26.500 entradas sobre el cannabis. Hay varios productos a base de cannabis que han sido aprobados por la FDA, y la flor en su forma natural ha sido legalizada para uso médico en 36 estados de EE.UU. y en muchos países del mundo.
Irlanda es uno de esos países, pero el número de afecciones susceptibles de ser tratadas con cannabis es ridículamente pequeño, y la más común de ellas, el dolor, fue excluida de la lista.
Fracaso en la creación de una industria cannábica propia en Irlanda
Otro problema del MCAP es su cadena de suministro. Antes, los pacientes podían comprar sus medicamentos en una farmacia concreta de los Países Bajos, a la que tenían que desplazarse ellos mismos. Ahora hay cuatro productos que los pacientes que cumplen los requisitos pueden comprar localmente. Estos productos se importan de países como Canadá, Dinamarca y el Reino Unido.
Se han hecho propuestas para crear la propia industria del cannabis en Irlanda. Si se aprobara, la iniciativa podría atraer millones de inversiones y crear cientos de nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, la hostilidad hacia la sustancia prevaleció, y el país sigue perdiendo muchas oportunidades excelentes de impulsar la economía fomentando el crecimiento de un sector completamente nuevo.